Por Mar Morales

La violencia contra las mujeres persiste como un desafío social profundo, con consecuencias devastadoras que impactan no solo a las víctimas, sino a toda la sociedad. En un momento en que se busca una mayor inclusión femenina en la vida pública, la violencia política se alza como un obstáculo crítico, limitando el desarrollo y la contribución plena de las mujeres.

El Instituto Nacional Electoral (INE) define la violencia política contra las mujeres como "acciones u omisiones cometidas por personas, servidores públicos o no, que se dirigen a una mujer por ser mujer (en razón de género), que tienen un impacto diferenciado en ellas o les afectan desproporcionadamente, con el objetivo o resultado de menoscabar o anular sus derechos político-electorales, incluyendo el ejercicio del cargo". Esta forma de violencia se manifiesta en diversos momentos y espacios, no solo durante las elecciones, sino también en cualquier ámbito donde las mujeres lideran, impulsan iniciativas o ejercen cargos de representación popular.

En días pasados vimos un episodio muy desagradable de violencia política contra una mujer, que no solo tuvo que entrar de manera emergente a ocupar el cargo de alcaldesa de Uruapan, sino que acaba de enviudar: Grecia Quiroz, ex esposa de Carlos Manzo, quien fue acribillado el pasado 1 de noviembre frente a decenas de personas en una verbena popular .

El senador Gerardo Fernández Noroña precisamente ayer, Día internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer , se refirió a la alcaldesa michoacana como “ambiciosa y fascista”. Esto lo dijo ante los medios de comunicación e incluso la acusó de “querer desestabilizar el país” con las recientes marchas realizadas por la llamada Generación X.

Y es que la creciente participación de las mujeres en la política ha provocado situaciones de acoso y violencia política de género, lo que representa una clara violación de los derechos humanos y un atentado contra los principios de igualdad, justicia y el derecho a una vida libre de violencia. 

Las acusaciones del senador han tenido innumerables muestras de rechazo, incluso la presidenta Claudia Sheinbaum le pidió un poco de sensibilidad y Citlalli Hernández, titular de la Secretaría de las Mujeres, sugirió al morenista que evite expresiones misóginas y machistas. 

En nuestra sociedad, donde vivimos hiperconectados,  la violencia política digital es una de las formas más difíciles de prevenir y sancionar, ya que combina la violencia de género con el alcance de los medios digitales, intensificando las confrontaciones políticas. Es cada vez más común que las mujeres en la política formal sufran agresiones en línea cuando participan en elecciones o expresan sus opiniones sobre temas cruciales como por ejemplo la interrupción del embarazo o los derechos sexuales y reproductivos.

Para abordar este problema de manera efectiva, es esencial implementar estrategias integrales que involucren a diversos actores sociales y gubernamentales. Estas estrategias deben incluir:

- Fortalecimiento del marco legal: Revisar y actualizar las leyes existentes para asegurar una protección efectiva de los derechos políticos de las mujeres, estableciendo sanciones claras y proporcionales para quienes cometan agresiones.

- Capacitación y sensibilización: Desarrollar programas de capacitación dirigidos a funcionarios públicos, partidos políticos, medios de comunicación y a la sociedad civil en general, con el fin de crear conciencia sobre la violencia política contra las mujeres y fomentar una cultura de respeto e igualdad.

- Monitoreo y seguimiento: Establecer mecanismos para monitorear y dar seguimiento a los casos de violencia política contra las mujeres, identificando patrones y tendencias, y evaluando la efectividad de las medidas implementadas.

- Apoyo y protección: Ofrecer un apoyo integral a las víctimas de violencia política, que incluya asistencia legal, psicológica y social, así como medidas de protección para garantizar su seguridad y bienestar.

- Promoción de la participación política: Impulsar la participación activa de las mujeres en la política a través de programas de liderazgo, mentoría y financiamiento, y promover la creación de redes de apoyo entre mujeres que participan en la política.

La prevención, atención, sanción y erradicación de la violencia política contra las mujeres es urgente para asegurar su participación plena en todos los ámbitos de la vida social, en condiciones de seguridad, libertad y autonomía.